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Oxigeno Medicinal Gas Mpi 99,5% Gas Comprimido Medicinal

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FICHA TÉCNICA

1.    NOMBRE DEL MEDICAMENTO

Oxígeno medicinal gas MPI 99,5% v/v, gas comprimido medicinal.

Oxígeno medicinal líquido MPI 99,5% v/v, gas criogénico medicinal.

2.    COMPOSICIÓN CUALITATIVA Y CUANTITATIVA

Oxígeno (O2) en una concentración superior al 99,5% v/v.

3.    FORMA FARMACÉUTICA

Gas comprimido medicinal.

Gas criogénico medicinal.

El oxígeno es un gas incoloro, inodoro e insípido.

En estado líquido es de color azul

4.    DATOS CLÍNICOS

4.1    Indicaciones terapéuticas

Tratamiento con oxígeno normobárico

-    Tratamiento o prevención de la hipoxia aguda o crónica.

-    Tratamiento de la cefalea en racimos.

Tratamiento con oxígeno hiperbárico

-    Tratamiento de intoxicación grave por monóxido de carbono. (El tratamiento con oxígeno hiperbárico se considera esencial en los pacientes con pérdida de conciencia, síntomas neurológicos, insuficiencia cardiovascular o acidosis grave o pacientes embarazadas en caso de intoxicación por monóxido de carbono [todas las indicaciones sin tener en cuenta el contenido de la COHb]).

-    Tratamiento de la enfermedad descompresiva o del embolismo aéreo/gaseoso de un origen diferente.

-    Como tratamiento de apoyo en casos de osteorradionecrosis.

-    Como tratamiento de apoyo en casos de mionecrosis clostridial (gangrena gaseosa).

4.2    Posología y forma de administración

Posología

La concentración, el flujo y la duración del tratamiento deben ser determinadas por un médico de acuerdo con las características de cada patología.

La hipoxemia es un trastorno en el que la presión arterial parcial de oxígeno (PaO2) es inferior a 10 kPa (< 70 mmHg). Un nivel de presión de oxígeno de 8 kPa (55/60 mmHg) da lugar a insuficiencia respiratoria.

La hipoxemia se trata enriqueciendo el aire inhalado por el paciente con oxígeno adicional. La decisión de poner en práctica el tratamiento con oxígeno depende del grado de hipoxemia y del nivel de tolerancia individual del paciente.

En todos los casos el objetivo del tratamiento con oxígeno es mantener una PaO2 > 60 mmHg (7,96 kPa) o una saturación de oxígeno en la sangre arterial del > 90%.

Si el oxígeno se administra diluido en otro gas, la concentración de oxígeno en el aire inspirado (FiO2) debe ser al menos del 21%.

Tratamiento con oxígeno a presión normal (tratamiento con oxígeno normobárico)

La administración de oxígeno se debe llevar a cabo con precaución. La dosis se debe adaptar a las necesidades individuales del paciente, la presión de oxígeno debe mantenerse superior a los 8,0 kPa (o 60 mmHg) y la saturación de oxígeno de la hemoglobina debe ser > 90%. Es necesario controlar regularmente la presión arterial de oxígeno (PaO2) o la pulsioximetría (saturación arterial de oxígeno [SpO2]) y los signos clínicos. El objetivo es que el aire inhalado por cada paciente siempre tenga la menor concentración de oxígeno eficaz posible, que es la dosis más baja para mantener una presión de 8 kPa (60 mmHg)/saturación > 90 %. La administración de concentraciones elevadas debe ser lo más breve posible, bajo un control estricto de los valores de los gases sanguíneos.

El oxígeno se puede administrar de forma segura en las siguientes concentraciones y para los períodos indicados:

Hasta el 100% menos de 6 horas Del 60 al 70% 24 horas

Del 40 al 50% durante el segundo período de 24 horas El oxígeno es potencialmente tóxico en concentraciones superiores al 40% transcurridos dos días.

Los neonatos no se incluyen en estas directrices porque la fibroplasia retrolenticular se produce con una FiO2 muy inferior. Para conseguir una oxigenación adecuada y apropiada en los neonatos, se deben seleccionar las concentraciones eficaces más bajas.

•    Pacientes con respiración espontánea.

La concentración eficaz de oxígeno es al menos del 24%. Normalmente se administra un mínimo del 30% de oxígeno para garantizar las concentraciones terapéuticas con un margen de seguridad.

El tratamiento con una concentración alta de oxígeno (> 60%) en períodos cortos está indicado en casos de crisis asmática grave, tromboembolismo pulmonar, neumonía, fibrosis pulmonar, etc.

Una concentración baja de oxígeno está indicada para el tratamiento de los pacientes con insuficiencia respiratoria crónica causada por un trastorno obstructivo crónico de las vías respiratorias u otras causas. La concentración de oxígeno no debe ser superior al 28% y para algunos pacientes incluso el 24% puede ser excesivo.

Es posible administrar concentraciones altas de oxígeno (en algunos casos hasta del 100%) aunque es muy difícil obtener concentraciones > 60% (o del 80% en el caso de los niños) con el uso de la mayoría de los dispositivos de administración.

Se debe adaptar la dosis a las necesidades individuales del paciente, a flujos que oscilan entre 1 y 10 litros de gas por minuto.

•    Pacientes con insuficiencia respiratoria crónica

El oxígeno se debe administrar en flujos que varían entre los 0,5 y los 2 litros/minuto y es necesario ajustar la velocidad en función de los valores de los gases sanguíneos. La concentración eficaz de oxígeno se mantendrá por debajo del 28% y en ocasiones incluso del 24% en los pacientes que padecen trastornos respiratorios y que dependen de la hipoxia como estímulo respiratorio.

•    Insuficiencia respiratoria crónica causada por la enfermedad pulmonar obstructiva crónica (EPOC) u otras enfermedades.

El tratamiento se ajusta según los valores de los gases sanguíneos. La presión arterial parcial de oxígeno (PaO2) debe ser > 60 mmHg (7,96 kPa) y la saturación de oxígeno en la sangre arterial del > 90%.

La velocidad de administración más frecuente es de 1 a 3 litros/minuto durante 15 a 24 horas/día, que también abarca el sueño paradójico (el período más sensible a la hipoxemia durante un día). Durante un período estable de la enfermedad, se recomienda el control de las concentraciones de CO2 dos veces cada 3 o 4 semanas o 3 veces al mes, ya que las concentraciones de CO2 pueden aumentar durante la administración de oxígeno (hipercapnia).

•    Pacientes con insuficiencia respiratoria aguda.

El oxígeno debe administrarse a una velocidad que varía entre los 0,5 y los 15 litros/minuto y es necesario ajustar la velocidad de flujo en función de los valores de los gases sanguíneos. En caso de emergencia, los pacientes con dificultades respiratorias graves necesitan dosis considerablemente más elevadas (hasta 60 litros/minuto).

•    Pacientes con ventilación mecánica

Si el oxígeno se mezcla con otros gases, la fracción de oxígeno en la mezcla de gas inhalado (FiO2) no debe descender por debajo del 21%. En la práctica, el 30% tiende a ser el límite inferior. En caso necesario, la fracción de oxígeno inhalado puede aumentarse hasta el 100%.

•    Recién nacidos

En casos excepcionales se pueden administrar en los recién nacidos concentraciones de hasta el 100%, sin embargo, el tratamiento se debe supervisar minuciosamente. Se debe procurar utilizar las concentraciones eficaces más bajas para conseguir la oxigenación adecuada. Por norma general, se deben evitar las concentraciones de oxígeno superiores al 40% en el aire de inhalación, teniendo en cuenta el riesgo de daño ocular (retinopatía) o colapso pulmonar. La presión del oxígeno en la sangre arterial se debe controlar con atención y mantener por debajo de los 13,3 kPa (100 mmHg). Se deben evitar las fluctuaciones en la saturación de oxígeno. Al prevenir las fluctuaciones sustanciales en la oxigenación se puede reducir el riesgo de daño ocular. (Ver también la sección 4.4).

•    Cefalea en racimos

En el caso de la cefalea en racimos, el 100% del oxígeno se administra a una velocidad de flujo de 7 litros/minuto durante 15 minutos mediante una mascarilla facial bien ajustada. El tratamiento se debe comenzar en la etapa inicial de la crisis.

Tratamiento con oxígeno hiperbárico

Las dosis y la presión siempre se deben adaptar al cuadro clínico del paciente y el tratamiento solo se puede administrar tras consulta médica. Sin embargo, a continuación se detallan algunas recomendaciones basadas en los conocimientos actuales:

El tratamiento con oxígeno hiperbárico se administra a presiones superiores a 1 atmósfera (1,013 bar), entre 1,4 y 3,0 atmósferas (normalmente entre 2 y 3 atmósferas). El oxígeno hiperbárico se administra en una sala especial presurizada. El tratamiento con oxígeno hiperbárico también se puede administrar mediante una mascarilla facial bien ajustada con una capucha que cubre la cabeza o mediante un tubo traqueal.

Cada sesión de tratamiento dura de 45 a 300 minutos, según la indicación.

En ocasiones, el tratamiento con oxígeno hiperbárico agudo dura sólo una o dos sesiones, mientras que el tratamiento crónico puede llegar a 30 sesiones o más. Si fuera necesario, las sesiones se pueden repetir dos o tres veces al día.

•    Intoxicación por monóxido de carbono

Después de la intoxicación por monóxido de carbono, se debe suministrar oxígeno lo antes posible en concentraciones elevadas (100%), hasta que la concentración de carboxihemoglobina descienda por debajo de niveles peligrosos (alrededor del 5%). El oxígeno hiperbárico (a partir de 3 atmósferas) está indicado en pacientes con intoxicación aguda por CO o que han estado expuestos a intervalos de >24 horas. Además, las pacientes embarazadas, los pacientes con pérdida de la conciencia o que tengan niveles más altos de carboxihemoglobina justifican el tratamiento con oxígeno hiperbárico. El oxígeno normobárico no se debe usar entre varios tratamientos con oxígeno hiperbárico ya que puede contribuir a la toxicidad. El oxígeno hiperbárico también parece disponer de potencial para el tratamiento diferido de la intoxicación por CO que utiliza múltiples tratamientos con dosis bajas de oxígeno.

•    Pacientes con enfermedad descompresiva

Se recomienda un tratamiento rápido a 2,8 atmósferas, con una repetición de hasta 10 veces si los síntomas persisten.

•    Pacientes con embolismo aéreo

En este caso, las dosis se adaptan al trastorno clínico del paciente y a los valores de los gases sanguíneos. Los valores objetivo son: PaO2 > 8 kPa o 60 mmHg, saturación de hemoglobina > 90%.

•    Pacientes con osteorradionecrosis

El tratamiento con oxígeno hiperbárico de las lesiones por radiación consiste normalmente en sesiones diarias de 90 a 120 minutos a entre 2,0 y 2,5 atmósferas durante unos 40 días.

•    Pacientes con mionecrosis clostridial

Se recomienda suministrar un tratamiento de 90 minutos a 3,0 atmósferas durante las primeras 24 h, seguido de tratamientos de dos veces al día durante 4 o 5 días, hasta que se observe una mejoría clínica.

Forma de administración

Tratamiento con oxígeno normobárico

El oxígeno se administra a través del aire inhalado, preferiblemente con un equipo pensado para ello (p. ej. un catéter nasal o una mascarilla). Mediante este equipo, el oxígeno se administra con el aire inhalado. Posteriormente, el gas y el oxígeno sobrante salen del paciente con el aire exhalado y se mezclan con el aire ambiente (sistema "sin reinspiración"). En muchos casos, durante la anestesia se utilizan sistemas especiales con un sistema de reinspiración o de reciclaje para que el aire exhalado se inhale de nuevo (sistema de "reinspiración").

Si el paciente no puede respirar por sí solo se le puede proporcionar asistencia respiratoria artificial. Por otro lado, el oxígeno se puede inyectar directamente en el torrente sanguíneo mediante el denominado oxigenador. La aplicación de dispositivos de intercambio de gases extracorpóreos facilita la oxigenación y la descarboxilación sin los daños que se asocian a las estrategias de ventilación mecánica agresivas. El oxigenador, que actúa como un pulmón artificial, proporciona una mejor transferencia del oxígeno y, por lo tanto, los niveles de los gases sanguíneos se mantienen en intervalos clínicos aceptables. Después de la recuperación de la función pulmonar, la sangre extracorpórea y el flujo de gas se reducen y finalmente se detienen. Esto ocurre, por ejemplo, durante la cirugía cardíaca que utiliza un sistema de derivación cardiopulmonar, así como en otras circunstancias que requieren circulación extracorpórea, incluida la insuficiencia respiratoria aguda.

Tratamiento con oxígeno hiperbárico

El tratamiento con oxígeno hiperbárico se administra en una sala especial presurizada donde la presión ambiental multiplicaría hasta tres veces la presión atmosférica. El tratamiento con oxígeno hiperbárico también se puede administrar a través de una mascarilla facial bien ajustada con una capucha que cubre la cabeza o mediante un tubo traqueal.

4.3    Contraindicaciones Tratamiento con oxígeno normobárico

No existen contraindicaciones absolutas para el tratamiento con oxígeno normobárico.

Tratamiento con oxígeno hiperbárico

La contraindicación absoluta para el tratamiento con oxígeno hiperbárico es el neumotórax sin tratar, incluyendo el neumotórax tratado de modo restrictivo (sin tubo torácico).

4.4    Advertencias y precauciones especiales de empleo

Las concentraciones bajas de oxígeno deben usarse en pacientes con insuficiencia respiratoria que dependen de la hipoxia como estímulo respiratorio. En estos casos, es primordial un seguimiento estricto del tratamiento midiendo la presión arterial de oxígeno (PaO2) o mediante pulsioximetría (saturación arterial de oxígeno [SpO2]) y la evaluación clínica.

En el tratamiento de los recién nacidos y los prematuros hay que tener una precaución especial. En estos casos, es necesario usar la concentración eficaz más baja para conseguir una oxigenación adecuada y apropiada para los neonatos y se deben evitar las fluctuaciones en la saturación de oxígeno. Esta precaución es para minimizar el riesgo de daños oculares, fibroplasia retrolenticular u otras posibles reacciones adversas y, a la vez, conseguir una oxigenación adecuada y apropiada para los neonatos y evitar las fluctuaciones en la saturación de oxígeno.

La presión arterial de oxígeno se debe controlar minuciosamente y mantener por debajo de los 13,3 kPa (100 mmHg).

Las concentraciones elevadas de oxígeno en el aire o gas inhalado harán disminuir la concentración y presión del nitrógeno. También reducirán la concentración de nitrógeno en los tejidos y los pulmones

(alvéolos). Si el oxígeno se absorbe en la sangre a través de los alvéolos más rápido de lo que se suministra mediante la ventilación, los alvéolos se podrían colapsar (atelectasia). Esto podría obstruir la oxigenación de la sangre arterial porque, a pesar de la perfusión, no hay intercambio de gases.

En los pacientes con sensibilidad reducida a la presión de dióxido de carbono en la sangre arterial, los niveles altos de oxígeno pueden causar retención del dióxido de carbono. En casos extremos, podría conducir a la narcosis por dióxido de carbono.

El tratamiento con oxígeno hiperbárico debe ser administrado por personal de enfermería cualificado para ello. El tratamiento de compresión y descompresión se debe escalonar cuidadosamente para minimizar el riesgo de lesión provocada por la presión (barotraumatismo).

Preferiblemente, el tratamiento con oxígeno hiperbárico no se debe utilizar en pacientes con:

•    EPOC o enfisema pulmonar

•    infecciones del aparato respiratorio superior

•    cirugía reciente en el oído medio

•    cirugía torácica reciente

•    fiebre alta incontrolada

•    epilepsia grave

Se debe tener cuidado con los pacientes que padecen claustrofobia.

Además, se debe tener precaución en los pacientes que tienen historia clínica de cirugía torácica o crisis epilépticas.

Se debe evaluar el uso en cada paciente que presente un neumotórax tratado con un tubo torácico o que tenga historia clínica de neumotórax por el riesgo de un nuevo neumotórax (a tensión). Se debe llevar a cabo el tratamiento con oxígeno hiperbárico en los pacientes con un neumotórax tratado con tubo torácico en una situación en la que se puedan ofrecer inmediatamente cuidados paliativos, como en un entorno hospitalario. Se debe tener precaución en los pacientes que tienen historia de cirugía torácica o crisis epilépticas.

La toxicidad pulmonar asociada a medicamentos como la bleomicina, amiodarona, furadantina y otros antibióticos parecidos se puede exacerbar por la inhalación de una mayor concentración de oxígeno. (Ver también la sección 4.5 de este documento).

Siempre que se usa oxígeno se debe tener en cuenta que aumenta el riesgo de ignición espontánea. Este riesgo aumenta cuando se trabaja con procesos de diatermia, y terapias de desfibrilación y electro conversión.

4.5    Interacción con otros medicamentos y otras formas de interacción

La toxicidad pulmonar asociada a medicamentos como bleomicina, amiodarona, furadantina y otros antibióticos parecidos se puede exacerbar por la inhalación de una mayor concentración de oxígeno. Existen informes de interacciones con amiodarona. Las recaídas de daños pulmonares causadas por la bleomicina o la actinomicina pueden resultar mortales.

El tratamiento con oxígeno puede exacerbar el daño en los pacientes que han recibido tratamiento para los daños pulmonares inducidos por los radicales de oxígeno, por ejemplo en el tratamiento de la intoxicación por paraquat.

El oxígeno también puede agravar la depresión respiratoria inducida por el alcohol. Los medicamentos que provocan acontecimientos adversos son: adriamicina, menadiona, promacina, cloropromacina, tioridacina y cloroquina. Los efectos serán particularmente pronunciados en los tejidos que contienen altos niveles de oxígeno, especialmente los pulmones.

Los corticosteroides, los simpaticomiméticos o los rayos X pueden aumentar la toxicidad del oxígeno. Además, el hipertiroidismo o la falta de vitamina C, vitamina E o glutatión también pueden producir ese efecto.

4.6    Fertilidad, embarazo y lactancia

Mujeres que pueden estar embarazadas

Si no se puede excluir el embarazo, el oxígeno hiperbárico solo se debe usar en caso estrictamente necesario (para mayor información ver "Embarazo").

Embarazo

Una cantidad reducida de datos sobre experiencia documentada del uso del tratamiento con oxígeno (hiperbárico) en mujeres embarazadas indica que no existe toxicidad de malformaciones, neonatal o del feto. Los datos clínicos disponibles son insuficientes para excluir un riesgo. Los estudios en animales han mostrado toxicidad reproductiva tras la administración de oxígeno a presión elevada y en concentraciones altas (ver sección 5.3). En caso de ser necesario, durante el embarazo se pueden administrar de forma segura concentraciones bajas de oxígeno normobárico. Se tendrá en cuenta el uso de concentraciones elevadas de oxígeno y oxígeno hiperbárico en el caso de indicaciones vitales durante el embarazo.

El oxígeno hiperbárico solo se debe usar en el embarazo en caso de resultar estrictamente necesario ya que existe un posible riesgo de que el feto sufra daños oxidativos inducidos por el estrés. Los riesgos frente a los beneficios en la intoxicación grave por monóxido de carbono parecen dar confianza para usar el oxígeno hiperbárico. Su uso debe evaluarse individualmente para cada paciente.

Lactancia

El oxígeno medicinal se puede utilizar sin riesgos para el bebé durante la lactancia.

Fertilidad

No existen datos disponibles acerca de los posibles efectos del tratamiento con oxígeno en la fertilidad femenina o masculina.

4.7    Efectos sobre la capacidad para conducir y utilizar máquinas

El oxígeno no influye en la habilidad para conducir ni para utilizar máquinas.

4.8    Reacciones adversas Tratamiento con oxígeno normobárico

Trastornos cardíacos

-    Ligera reducción del pulso y del gasto cardíaco

Trastornos respiratorios, torácicos y mediastínicos

-    Hipoventilación

-    Atelectasia provocada por una presión del nitrógeno reducida

-    Pleuritis

-    Síndrome de dificultad respiratoria

La administración de oxígeno en los pacientes que padecen insuficiencia respiratoria y que dependen de la hipoxia como estímulo respiratorio puede reducir más la ventilación y acumular dióxido de carbono y acidosis. La administración de oxígeno en los bebés recién nacidos y los prematuros puede causar retinopatía, displasia broncopulmonar, hemorragia subependimaria e intraventricular y enterocolitis necrotizante.

Tratamiento con oxígeno hiperbárico

Los efectos adversos del tratamiento con oxígeno hiperbárico suelen ser moderados y reversibles. El tratamiento con oxígeno hiperbárico puede provocar:

Trastornos del sistema nervioso

Pérdida auditiva temporal

Toxicidad en el sistema nervioso central con efectos que varían entre las náuseas, los mareos, la ansiedad y confusión, calambres musculares, desmayos o crisis epilépticas

Trastornos del oído y del laberinto

-    Barotraumatismo en el oído medio

Trastornos respiratorios, torácicos y mediastínicos

-    Barotraumatismo pulmonar

-    Aerosinusitis (Barosinusitis)

Trastornos musculoesqueléticos y del tejido conjuntivo

-    Mialgia

Notificación de sospechas de reacciones adversas

Es importante notificar sospechas de reacciones adversas al medicamento tras su autorización.

Ello permite una supervisión continuada de la relación beneficio/riesgo del medicamento. Se invita a los profesionales sanitarios a notificar las sospechas de reacciones adversas a través del Sistema Español de Farmacovigilancia de Medicamentos de Uso Humano: www.notificaRAM.es

4.9 Sobredosis

Los efectos tóxicos del oxígeno pueden variar dependiendo de la presión del oxígeno inhalado y de la duración de la exposición. Es más probable que la presión baja (de 0,5 a 2,0 bar) provoque toxicidad pulmonar que toxicidad en el sistema nervioso central. Los niveles de presión elevados (tratamiento con oxígeno hiperbárico) provocan lo contrario.

Los síntomas de toxicidad pulmonar incluyen la hipoventilación, la tos y el dolor torácico. Los síntomas de toxicidad del sistema nervioso central incluyen náuseas, mareos, ansiedad y confusión, calambres musculares, desmayos y crisis epilépticas.

Los casos de sobredosis se deben tratar mediante la reducción de la concentración del oxígeno inhalado. Además, es necesario administrar el tratamiento para mantener las funciones fisiológicas normales del paciente (como asistencia respiratoria en caso de depresión respiratoria).

5. PROPIEDADES FARMACOLÓGICAS

5.1 Propiedades farmacodinámicas

Grupo farmacoterapéutico: gases médicos, código ATC V03AN01.

El oxígeno es vital para los organismos vivos y todos los tejidos deben estar continuamente oxigenados para intensificar la producción de energía de las células. El oxígeno del aire que se inhala se introduce en los pulmones, donde se difunde por las paredes de todos los alvéolos y los capilares sanguíneos circundantes, para después entrar en el torrente sanguíneo (unido principalmente a la hemoglobina) que lo transporta al resto del cuerpo. Es un proceso fisiológico normal fundamental para que el cuerpo sobreviva. Administrar oxígeno adicional a pacientes con hipoxia hará que mejore el suministro de oxígeno a los tejidos corporales.

El oxígeno presurizado (tratamiento con oxígeno hiperbárico) ayuda a aumentar significativamente la cantidad de oxígeno que se puede absorber en la sangre (incluyendo la parte que no está unida a la hemoglobina) y, como resultado, también mejora el suministro de oxígeno a los tejidos corporales.

En el tratamiento de la aeroembolia, la oxigenación hiperbárica de presión elevada reduce el volumen de las burbujas de gas. Como resultado, el gas de la burbuja se puede absorber para que vaya a la sangre con más eficacia y así dejar a los pulmones con el aire exhalado.



5.2 Propiedades farmacocinéticas

El oxígeno inhalado se absorbe en un intercambio de gases que dependen de la presión entre los alvéolos y la sangre capilar que los pasa.

El oxígeno (principalmente unido a la hemoglobina) se transporta a todos los tejidos corporales en el sistema de circulación sistémica. Tan solo una proporción muy pequeña de oxígeno en la sangre se disuelve libremente en el plasma sanguíneo.

El oxígeno es un componente esencial para generar energía en el metabolismo celular intermediario: la producción de ATP aeróbico en la mitocondria. Prácticamente todo el oxígeno que el cuerpo absorbe se exhala como el dióxido de carbono creado en este mecanismo intermediario.

5.3 Datos preclínicos sobre seguridad

En experimentos con animales, el estrés oxidativo ha provocado dismorfogénesis fetales, abortos y restricción del crecimiento intrauterino. Un exceso de oxígeno durante el embarazo puede producir anomalías en el desarrollo del tubo neural. El tratamiento con oxígeno hiperbárico prolongado durante la gestación de los ratones, ratas, hámsteres y conejos fue fetotóxico y teratogénico. Otros experimentos con animales han indicado que un nivel de exposición menor al oxígeno hiperbárico no causó efectos adversos en el desarrollo. El oxígeno ha mostrado efectos mutagénicos en pruebas in vitro con células de mamíferos. A pesar de que los datos disponibles no sugieren que el oxígeno hiperbárico tenga un efecto estimulador de tumores, no se conocen estudios de carcinogenicidad convencionales. Al respecto de la farmacodinámica y la toxicidad tras repetir la administración, no se conoce que haya habido riesgos más allá de los descritos en otras secciones.

6 . DATOS FARMACÉUTICOS

6.1    Lista de excipientes

N/A

6.2    Incompatibilidades

que las sustancias ardan con en el aire. La presencia del de aceites, grasas, sustancias


El oxígeno medicinal mantiene rigurosamente la combustión y hace fuerza, incluyendo algunos materiales que normalmente no arderían oxígeno medicinal en concentraciones relativamente elevadas y cerca alquitranadas y muchos plásticos es muy peligrosa debido al riesgo de combustión espontánea.

6.3    Periodo de validez

El oxígeno medicinal gaseoso se puede conservar hasta 5 años después de la fecha indicada en la bala. El oxígeno medicinal líquido se puede conservar hasta 6 meses después de la fecha indicada en el recipiente/depósito.

6.4    Precauciones especiales de conservación

Oxígeno medicinal gaseoso

-    Las balas de gas se pueden almacenar a una temperatura de entre -20 °C y +65 °C.

-    Tienen que almacenarse en posición vertical, excepto las que tienen la parte trasera convexa; estas se tendrán que almacenar en posición horizontal o en un contenedor.

-    Las balas de gas deben estar protegidas de caídas o de impactos mecánicos, por ejemplo, fijándolas o colocándolas en un contenedor.

-    Se deben almacenar en una sala bien ventilada que se utilice exclusivamente para almacenar gases medicinales. Esta sala de almacenamiento no podrá contener ningún material inflamable.

-    Las balas de gas que contengan un tipo de gas diferente o uno que tenga una composición diferente se deben almacenar por separado.

-    Las balas de gas llenas y las vacías se tendrán que almacenar por separado.

-    Las balas de gas no se deben almacenar cerca de fuentes de calor.

-    Deben almacenarse cubiertas y protegidas de los efectos meteorológicos.

-    Las válvulas de las balas de gas se deben cerrar tras su uso.

-    Cuando la bala esté vacía, debe devolverse al proveedor.

-    Se colgarán avisos muy claros en el área de almacenamiento de prohibido fumar y encender fuego.

-    Los servicios de emergencia deben conocer el lugar de almacenamiento de las balas de gas.

Oxígeno medicinal líquido

-    Mantener el recipiente/depósito en una zona bien ventilada con un rango de temperatura de -20 °C y +50 °C.

-    Mantenerlo alejado de materiales inflamables y combustibles, de fuentes de calor o de fuegos.

-    No fumar cerca del recipiente/depósito.

-    El transporte se debe realizar de acuerdo con la normativa internacional para transportar materiales peligrosos

-    Evitar cualquier contacto con aceites, grasas o hidrocarburos.

6.5 Naturaleza y contenido del envase

Oxígeno medicinal gaseoso

El oxígeno medicinal gaseoso se almacena en balas de gas en estado gaseoso bajo una presión de 200 bar (a 15 °C). Las balas de gas están fabricadas de acero o aluminio. Las válvulas están fabricadas de latón, acero o aluminio.

Las balas de gas con un contenido de (x) litros suministran (y) m3 de oxígeno a 15 °C y a 1 bar.

Contenido en litros (x)

1

2

5

10

20

30

Número de m3 de oxígeno (y)

0,212

0,425

1,125

2,12

4,33

6,37

Contenido en litros (x)

50

4x50

8x50

12x50

16x50

20x50

Número de m3 de oxígeno (y)

10,61

42,5

85,0

127,5

170,0

212,0

Envase

Tamaños disponibles (l)

Bala de gas de aluminio con válvulas reguladoras de presión

1, 2, 5, 10, 20, 30, 50

Bala de gas de acero con válvulas reguladoras de presión

1, 2, 5, 10, 20, 30, 50

Bala de gas de aluminio con válvulas tradicionales

1, 2, 5, 10, 20, 30, 50

Bala de gas de acero con válvulas tradicionales

1, 2, 5, 10, 20, 30, 50

Bloques de balas de gas de acero con válvulas tradicionales

4x50, 8x50, 12x50, 16x50, 20x50

Bloques de balas de gas de aluminio con válvulas tradicionales

4x50, 8x50, 12x50, 16x50, 20x50

Tipo de válvula

Presión de salida

Observaciones

Válvulas reguladoras de presión

4 bar (en la toma de corriente)

Válvulas tradicionales

200 bar (cuando la bala de gas) está llena

Utilizar solamente con un dispositivo reductor apropiado

Las balas de gas cumplen los requisitos de Dir. 1999/36/EC.

Las marcas de colores cumplen la normativa EN 1089-3: cuerpo y cuello blancos. Las válvulas cumplen los requisitos de la normativa EN ISO 10297.

Las válvulas tradicionales cumplen las normativas NEN 3268 (NL), DIN 477 (DE), BS 341-3 (UK), NBN 226 (BE).

Las válvulas reguladoras de presión también cumplen con la normativa EN ISO 10524-3.

Puede que solamente estén comercializados algunos tamaños de balas de gas.

Oxígeno medicinal líquido

El oxígeno medicinal líquido está envasado en recipientes criogénicos móviles. Los recipientes criogénicos móviles están fabricados de un recipiente exterior y uno interior de acero inoxidable, con unos paneles de aislamiento al vacío entre ellos y equipados con un puerto de llenado y una conexión de tubo de retracción. Estos recipientes contienen oxígeno en estado líquido a temperaturas muy bajas.

El contenido de los recipientes varía de 20 a 1.100 litros.

Cada litro de oxígeno líquido suministra 853 litros de oxígeno gaseoso a 15 °C y 1 bar.

Contenido del recipiente en litros

Capacidad para el oxígeno líquido en litros

Cantidad equivalente de oxígeno gaseoso en m3 a 15 °C y 1 atm

20

20

17,06

a

1100

1100

938,3

Puede que solamente estén comercializados algunos tamaños de recipientes.

6.6 Precauciones especiales de eliminación y otras manipulaciones

Oxígeno medicinal gaseoso

Preparación antes del uso

Deben seguirse las instrucciones del proveedor, en particular:

•    Si la bala de gas está visiblemente deteriorada, se sospecha que pueda estarlo, o si ha estado expuesta a temperaturas extremas, no debe utilizarse.

•    Se debe evitar todo tipo de contacto con aceites, grasas o hidrocarburos.

•    Retirar el sello de la válvula y el tapón de protección antes de usarla.

•    Solamente se puede utilizar el equipo adecuado para una bala de gas específica y ese gas específico.

•    Comprobar que el conector rápido y el regulador están limpios y que las conexiones están en buenas condiciones.

•    Abrir lentamente la válvula de la bala, al menos media vuelta.

•    Cuando se abra y se cierre la válvula de una bala de gas no se podrán usar ni alicates ni otras herramientas para evitar el riesgo de daños.

•    No se puede modificar la forma del envase.

•    Comprobar que no haya fugas siguiendo las instrucciones que acompañan al regulador. No intentar reparar la fuga de la válvula o del equipo por sí solo a no ser que cambie el obturador o la junta tórica.

•    En caso de fuga, cerrar la válvula y desacoplar el regulador. Si la bala de gas continúa filtrando gas, vaciar la bala exterior. Marcar las balas de gas defectuosas, colocarlas en una zona especial para reclamaciones y devolverlas al proveedor.

• En las balas con válvulas reguladoras de presión no es necesario usar un regulador de presión separado. La válvula reguladora de presión incorporada tiene un conector rápido para conectar las válvulas "por encargo" pero también una toma por separado para el flujo constante de gas, donde se puede regular el flujo.

Utilización de la bala de gas

   Está prohibido transferir gas bajo presión.

•    Está estrictamente prohibido fumar e iniciar fuegos en las salas donde se lleva a cabo el tratamiento con oxígeno medicinal.

•    Cuando se está utilizando la bala, esta se debe fijar en un soporte apropiado.

•    Se debe considerar la sustitución de las balas de gas cuando la presión en la botella ha disminuido hasta un punto en el que el indicador de la válvula se encuentra en el campo amarillo.

•    Cerrar la válvula de la bala de gas cuando queda una cantidad de gas pequeña en la bala de gas.

Es importante que quede una pequeña cantidad de presión en la bala de gas para evitar que entren sustancias contaminantes.

•    Cerrar las válvulas de balas de gas vacías.

•    Cerrar a mano la válvula de la bala de gas después de utilizarla. Despresurizar el regulador o la conexión.

Oxígeno medicinal líquido No existen precauciones especiales.

7.    TITULAR DE LA AUTORIZACIÓN DE COMERCIALIZACIÓN

MPI bvba

Lange Nieuwstraat 1 2800 Mechelen Bélgica

8.    NÚMERO(S) DE AUTORIZACIÓN DE COMERCIALIZACIÓN

9.    FECHA DE LA PRIMERA AUTORIZACIÓN/ RENOVACIÓN DE LA AUTORIZACIÓN Agosto de 2013

10.    FECHA DE LA REVISIÓN DEL TEXTO

Junio 2013